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Pandemia.

Esto, también pasará.

Pasará, un día, y volveremos “a pisar las calles nuevamente… y me detendré a llorar por los ausentes…”

Un día, esto pasará, y los que quedemos en pie saldremos a las playas y correremos entre las olas salpicando espuma con los pies y escalaremos montañas y recorreremos valles…

Abriremos los brazos en cruz y dejaremos que el viento nos azote en el rostro, nos empaparemos de lluvia el pelo y lloraremos silentes mirando el sol poniente…

Nos bañaremos desnudos en un río de aguas gélidas y será como renacer a la vida…

Pasará y seremos más viejos, más sabios, más fuertes y comprenderemos por fin a los ancianos que vivieron la guerra, la posguerra, el hambre, las colas, los apagones, las sirenas, las bombas, el miedo siempre incrustado en la piel… Observaremos sus arrugas y sus grandes orejas mientras nos hablan, y tomaremos sus manos con agradecimiento, con admiración y con ternura…

Tendremos otro brillo en la mirada y ni un solo soplo de brisa fresca nos pasará inadvertido, ni la luz titilante de un farol entre la niebla, ni el cielo naranja y rosa del atardecer, ni el canto de un pájaro, ni la risa de un niño, ni el olor de la tierra recién regada, ni el sabor de un trozo de pan, ni el repicar de las campanas…

Esto pasará, también, y seremos más amables, más tiernos, más tolerantes… Distinguiremos lo importante y estaremos más disponibles, la voz de nuestra pareja siempre será nueva, amaremos más a nuestros hijos, saludaremos con una sonrisa al vecino y apenas sonará el claxon impaciente en mitad del atasco…

Un día, esto pasará y, en mitad de la fiesta, dejaremos por un momento el grupo y las risas y encerrados en el baño se nos escapará una lágrima y no sabremos por qué…

Habrá un silencio dentro de nosotros, de manera permanente, como un grito brutal enmudecido, como una llanura de hielo, como un cuadro robado, como una ausencia insoslayable, como un bocado, como un fustazo en el corazón…

Alguien que nunca escribió, compondrá un verso.

Alguien que nunca leyó, abrirá un libro.

Alguien que nunca amó, brindará su corazón.

Tal vez.

Incluso aunque todo siga igual, ya nada será lo mismo.

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